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A vueltas con el Libro Devocionario para dar culto a Nuestra Señora del Castillo.

  

Siguiendo por lo publicado en el artículo del CIT, aportamos unos datos aclaratorios que creemos interesantes para mejor entendimiento de lo narrado en el citado artículo al referirse a la Memoria Religiosa de 1950, donde su autor, señala que por los motivos de las ocurrencias políticas de 1836, la imagen de Nuestra Señora del Castillo, se trasladó a la Parroquial Iglesia de esta Villa de Chiva.

Sin duda estos motivos u ocurrencias se ubican dentro de la I Guerra Carlista (1833 – 1840), de la que nuestra localidad fue testigo de excepción, y más concretamente se puede estar refiriendo a lo ocurrido tras la Primera Batalla de Chiva el 2 de abril de aquel año de 1836.

Esta acción bélica del 2 de abril y muchas otras como las acciones de Cheste de diciembre1838 o la de Buñol, se encuadran en una serie de enfrentamientos menores disputados en prácticamente toda la geografía nacional y que nada tienen que ver con las grandes batallas dadas durante este cruel conflicto fratricida, donde sin duda encuadraríamos a la Segunda Batalla de Chiva del 15 de julio de 1837.

Retomando la batalla del 2 de abril, añadiremos que ese día era Sábado Santo, víspera de la Mañanica de Pascua y víspera de la bajada de la “Morenica” a la Iglesia.

Archivo: Luis Fenech

La batalla de Chiva, se daba en los montes del Blanquizar, concretamente en la partida que desde entonces se conoce como “La Contienda”, entre los soldados y milicias nacionales isabelinas al mando del General Palarea contra las mal pertrechadas tropas carlistas bajo el mando del entonces Coronel Ramón Cabrera, apodado por sus enemigos como “El Tigre del Maestrazgo”.

El campo de batalla quedó en manos de los isabelinos que tomaron este hecho como una victoria, mientras tanto, los carlistas o descontentos huyeron al Maestrazgo y Bajo Aragón, con todo el botín que habían saqueado de las localidades de Liria, Villarmarchante, Cheste y Chiva, principalmente.

El Batallón de Milicia Nacional Voluntario de Chiva, con sus aproximados 1.100 hombres organizado plenamente y única fuerza capaz de combatir de todos los pueblos limítrofes, encontrándose aislado, no pudo más que retirarse antes de la batalla contramarchando desde la villa hasta Venta Gaeta y es que las noticias de los que escapaban de Cabrera tras sorprender Liria, no dejaban lugar a dudas de que no dejaría a ningún miliciano nacional vivo si estos caían en sus manos. No en vano, el día 1 de abril, viernes santo, fusiló en el convento franciscano de Chiva a los 27 milicianos nacionales que Cabrera traía como prisioneros, cuyos cuerpos fueron torturados en vida o mutilados tras la muerte, como así atestiguaron todos los que vieron aquella masacre. También sería injusto no decir que Cabrera irrumpió en el llano de Valencia a sangre y fuego tras el asesinato de su madre, la cual había sido fusilada por los isabelinos en represalia contra él.

Como decimos, tras la batalla los isabelinos quedaron vencedores, pero la realidad fue muy distinta, lejos de los triunfalismos se vislumbró una cruda realidad: los carlistas tenían un ejército que se había cansado de huir y ya no perdía la cara al isabelino. Unas tropas carlistas que ahora eran capaces de golpear casi cualquier localidad de la provincia lo que obligó a un exilio masivo de las habitantes de los pueblos a Valencia buscando la protección de sus murallas y sus cañones.

Sabemos pues, que la Virgen quedó en la iglesia y a pesar de que los carlistas entraron impunemente varias veces en Chiva hasta su fortificación en marzo de 1838 cuando el Gobierno de la nación la eligió como “punto fortificado” y se aprestó como un fuerte, la imagen no fue que sepamos, ni violentada, ni destruida, ni robada, muy probablemente por el fuerte carácter católico de la causa carlista.

Siguiendo con lo narrado en el Libro Devocionario, llega el día 8 de septiembre del año 1850 y por diferentes motivos se organiza un gran pasacalle por la Corporación Lírica y es aquí donde nos detendremos de nuevo.

En la majestuosa procesión, participan numerosos figurantes representando escenas bíblicas entre otras y participa una banda de música militar y un piquete de escolta de la Guardia Civil vestido de gala.

La banda militar bien podría ser la correspondiente a la de la Comandancia Militar de Chiva, un acuartelamiento del que poco se sabe pero que estuvo acantonado en Chiva, hasta al menos, bien entrado el siglo XIX y que sabemos que al menos durante un tiempo estuvo al mando de un Teniente Coronel. Esta Comandancia permaneció en Chiva muy probablemente por varias circunstancias, la primera sería como continuación al decreto de fortificar Chiva durante la guerra y todos los puntos militares, mientras lo fueran, tenían que mantener una guarnición. La otra sin duda fue la recompensa del Gobierno de España para con Chiva a modo de agradecer su incomparable implicación con la causa liberal, por lo que se recompensó a la localidad con todo tipo de instituciones de la nueva administración general del estado.

Respecto al piquete vestido de gala de la Guardia Civil, estamos ante un hecho de especial relevancia. La Guardia Civil se crea en el año 1844 y su despliegue fuera de Madrid comienza sobre el mes de enero de 1845. Sabedores somos que siguiendo la misma doctrina de recompensar a Chiva por su sacrificio exclusivo con la causa liberal, causa vencedora de la guerra, se le dotó de uno de los cuatro cuarteles del tipo actual de Compañía de la Guardia Civil fundacionales en Valencia, siendo estos: Sagunto, Gandía, Chiva y la propia Valencia. Además, en 1846, Chiva alberga el Depósito de Reclutamiento del resto de Guardias Civiles de la provincia de Valencia, lo que hoy sería una academia de formación, que nutrió a guardias el resto de cuarteles de las localidades valencianas a lo largo de los años del despliegue del cuerpo. El hecho de encontrar un piquete de escolta de la imagen en 1850 nos pone ante otro hecho notorio y curioso que sólo desaparecería de la escena religiosa chivana con el fin de la Guerra Civil Española (1936-1939).

David Mújica Miró

Centro de Estudios Chivanos (CECH)

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