Llega hasta nuestro archivo una fotografía conmovedora que el fotógrafo chivano Vicente Burriel realizó el 27 de marzo de 1964. En ella se puede ver la llegada a la ermita de la Virgen del Castillo del Cristo que acaba de donar a Chiva el Real Colegio Seminario del Corpus Christi, de Valencia, como se indica en el dorso de la postal: “Viernes Santo, vía crucis a las siete de la mañana subiendo la cruz que ha de quedarse en el castillo y es regalo del colegio del Patriarca”. Aunque, al final, esta impresionante talla que realizó Gaspar Giner (1565-1611), en 1590, para la iglesia del Patriarca, de unas dimensiones sorprendentes, no se ubicó en el santuario de la “Morenica”, sino en una de las capillas de nuestro templo parroquial de San Juan Bautista.
Como nos desvelan Mercedes Gómez-Ferrer y Ángel Campos-Perales, del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Valencia (en el artículo: El imaginero Joan Baptista Ximénez en Valencia -act. 1596-1620-. A propósito de esculturas y retablos en la Valencia del primer cuarto del siglo XVII), esta imagen acabó en la iglesia de Chiva cuando fue sustituida por la imponente talla alemana procedente de Görlitzt que llegó como reliquia a la iglesia del Real Colegio Seminario del Corpus Christi, un edificio que había sido declarado, solo dos años antes (1962), Monumento Histórico Artístico Nacional.
Según estos especialistas, la escultura de Giner sirvió, en su día, de modelo para las obras otros artistas valencianos como el Cristo de los Labradores que cincela Joan Baptista Ximénez (act. 1596-1620) para la hornacina central del altar mayor de la capilla de la Comunión de la Parroquia de la Asunción de Cocentaina. Como el cristo de Giner, es de un realismo sobrecogedor, con el rostro mirando dramáticamente hacia el suelo y los rasgos anatómicos muy marcados, enfatizando las costillas, en el macilento torso. Ahí se aprecia la herida del costado, de la que mana sangre gracias al trabajo de la carnación y policromado de la obra. Si bien es verdad que, como subrayan: “En el de Ximénez observamos una mayor exageración en la anatomía menos estilizada y lánguida que la de Giner, con los brazos casi descolgados como aquel y con las piernas más encogidas, lo que le da un cierto dinamismo a la figura”.
Parece que a finales del siglo XVI no son muchos los escultores de talla que trabajan en Valencia y se requiere la presencia de artistas foráneos como es el caso de los mallorquines Nicolás y Gaspar Giner, padre e hijo, a los que se sitúa en tierras valencianas entre los años 1586 y 1610. Ambos tendrán relación con Juan de Ribera (Sevilla, 27 de diciembre de 1532–Valencia, 6 de enero de 1611), arzobispo de Valencia, patriarca latino de Antioquía y hombre de estado que fue beatificado en 1796 y canonizado por el papa Juan XXIII en 1960; y su obra le reconoce el académico Daniel Benito Goerlich una calidad plástica relevante (Sobre una escultura valenciana del siglo XVI). Por cierto, otro escultor importante, activo en la región valenciana en ese periodo, será Josep Esteve (2ª mitad del XVI), padre del genial artista que esculpirá, años más tarde, el San Juan que preside nuestra iglesia parroquial.
Para el Patriarca, además del Cristo de Chiva, también esculpirá Gaspar un Cristo yacente, documentado en 1608 (CARBONELL, M.: Juan Vich y Manrique (1530-1611) y algunos intercambios artísticos entre Valencia y Mallorca). Su padre dejará menos impronta en nuestras tierras dado que fallece pronto, en 1590, No obstante, aún deja algunas obras conocidas como, otro cristo, el del privilegio para el Convento de Santo Domingo de Valencia.
Aunque nuestro templo es conocido por ser el gran museo de Vergara, existen, pues, otros tesoros artísticos notables, sorprendentes, aunque más desconocidos, como este antiguo Cristo que nunca perdió su gran capacidad de emocionar.
JCM
Centro de Estudios Chivanos (CECH)