Seguimos esta semana comentando un nuevo topónimo familiar y de origen incierto y enigmático, en esta ocasión el de “Charco Babacho”. Según cuenta la leyenda, sunombre se debe a que, en la “Guerra de la Independencia” -1808/1814-, enmarcada dentro de las “guerras napoleónicas”, unos paisanos hundieron, para siempre, enesta profunda y misteriosa poza del barranco, a un soldado francés (“gabacho”). Pero las leyendas, muchas veces, no son más que eso y, por lo tanto, desde el CECH, nos atrevemos a dar dos nuevas versiones sobre el origen de este patronímico.
La primera vendría de la propia palabra “Baba”, relacionada con el propio salto del agua o el espumarajo que forma en el agua de un cauce pocas veces seco (por lo menos hasta hace unos años…).
La segunda, también muy viable, la hacemos después de repasar los archivos parroquiales, de la primera década del siglo XVII y descubrir los apellidos de los antiguos “Moriscos” o “Cristianos nuevos”. Justo antes de laconversión de aquellos viejos pobladores (primero convertidos al islam, tras la conquista musulmana, y, después al cristianismo) que fueron expulsados (por causas, todavía no muy claras), de nuestras tierras en 1609. Una fecha, por cierto, nefasta en nuestra historia, ya que, como hemos comentado en otros artículos anteriores, la villa quedó casi despoblada, como el resto de la comarca. Esto, ocurrió, además, tras un bando para su destierro, de Gastón de Moncada, Marqués de Aytona y señor de Chiva como Lugarteniente y Capitán General del reino de Aragón, mandó publicar, en nombre del Rey, Felipe III.
Así pues, nos llama la atención, por su posible relación con este topónimo, entre los numerosos apellidos que aparecen en estas actas eclesiásticas (donde se anotan bautismos, matrimonios y defunciones), los de Barbacho, Bagacho, Barchacho, Banchacho, Bansacho o Baspacho. En realidad, podría ser el mismo apellido, pero al escribirlo varía su grafía, como ocurre en muchas ocasiones con estos sobrenombres moriscos (incluso varía si el personaje es hombre o mujer).
Aparte de esa poca uniformidad al nombrarlos, también es común que los niños bautizados solo lleven un apellido, generalmente, el del padre. Además, en estos censos, vemos como en esta década, ya aparece transcrito el nombre cristiano y no árabe, como ocurría hasta 1526,cuando son obligados a convertirse.
Según Atienza Peñarrocha, en 1521, durante la Guerra de las Germanías, los agermanados ya comenzaron a bautizarpor la fuerza a los musulmanes, que pasarán a llamarse “cristianos nuevos o moriscos”. Durante el siglo XVI, irá aumentando su número y al final del siglo XVI, se emprendió una campaña de evangelización que, al parecer no llegó a ser todo lo eficaz que se pretendía. Así, en 1563, según el mismo historiador, ciento cuarenta y sietecasas de moriscos; en 1572 eran ya doscientas siete y en 1609, cuando iba a efectuarse la expulsión, eran alrededor de cuatrocientas, lo que suponían unas dos mil personas, frente a una docena de familias de cristianos viejos(algunas fuentes señalan 30)…
Esta distribución de la población en nuestra villa queda patente al indagar los legajos parroquiales citados antes; en ellos veremos una gran mayoría de apellidos moriscos, antes de ese genocidio de 1609 que hizo urgente, una posterior repoblación (después de esa fecha, aún podemos ver alguno de los sobrenombres de éstos “Cristianos nuevos”, pero son escasos y, la mayoría, desaparecerán unos pocos años más tarde). Podemos citar los siguientes:Abiáx, Abaya, Ayala, Suriusa, Lafoisa, Sofoca, Safoca, Safót, Xafan, Xafát, Safont, Sambarot, Saforich, Zaforit, Lafonit, Cascotí, Abrax, Abransa, Caét, Aguerón, Aguifais, Aguilét, Ariguet, Bravo, Bayóc, Bayo, Vallo, Ballo, Vayola, Bolla, Alcacera, Alcacin, Alnada, Alamina, Alumina, Luiz, Saet, Saeta, Anau, Anat, Ainat, Amatos, Añó, Añón, Apirtat, Arrát, Asta, Axer, Asís, Athis, Atienza, Bablais, Babalát, Babalot, Barribalót, Bambalota, Bambala, Quinil, Bachici, Marcet, Bachoe, Bacil, Piulat, Ragui, Bagacho, Barbacho, Barchacho, Bansacho, Banchacho, Baspacho, Boisacho, Bonacho, Bochoca, Bagorich, Bagui, Baguita, Baiorch, Baix, Bamaix, Chauchau, Jaujau, Saparrón, Laparón, Bediz, Bedis, Gordó, Bautista, Bauci, Batriste, Basbal, Banbei, Bamoma, Bernat, Bitei, Bochoca, Casiola, Dondeu, Dumét, Brumét, Buguet, Buleix, Burgueis, Burguesu, Bulgeis, Cogil, Coguit, Cogita, Coita, Faquinet, Cadinet, Cardinet, Caolinet, Casim, Cacin, Cagil, Caifaál, Caucol, Caisol, Crisol, Medi, Malvi, Bueside, Camasté, Cale, Calp, Gana, De Cana, Carróx, Cascallo, Cascotí, Cast, Castellano, Castellana, Sarsola, Jolaya, Solaya, Solalla, Monrrabal, Peláez, Peládez, Chuchin, Chichi, Chichimet, Chiva, Gopa, Cofra, Corachán, Corechan, Coinge, Ponce, Cospu, De Vera, Vedis, Exícola, Erigui, Gegura, Gilbét, Xadit, Goguit, Golin, Gaselo, González, Quiqui, Guigui, Guera, Garriguece, Garrón, Gascó, Cugi, Gusi, Cusí, Justeí, Juteí, Cimofale, Celeme, Chalime, Genil, Jusuimen, Suleiman, Hervás, Hodne, Jafall, Jafaix, Jafar, Jalizo Janfola, Janfora, Jofat, Juana, Ferrús, Ferrer, Lázaro, López, Macinó, Muñoz, Mallet, Mamesít, Mañez, Machero, Manrebo, Marceba, Manceba, Moceta, Marusqueta, Manzano, Marsi, Morci, Marcinó, Martínez, Marchandin, Mallet, Mateu, musu, Redondo, Sastre, Mechin, Machín, Mijo, Miró, Mero, Meco, Melo, Melogoz, Meloñés, Melonés, Melonet, Maluinet, Malvinet, Mono, Mudo, Mumi, Toledo, Tamborero, Toñinao, Rodríguez, Velázquez, Pardo, Pintat, Piera, Parra, Pascola, Quesixi, Pedigol, Pérez, Morfina, Morsina, Vicit, Vicente, Vergara, Sancho, Mochebir, Moguebir, Zapata, Sabata, Mura, Moret, Vinei, Virrey, Ynfal, Ynsa, Ramón, Roldán, Trat, Rát, Roconí, Ruiz, Rauy, Rafui, Ragui, Rascí, Reaguí, Zacouri, Zaguri, Tagari, Tafari, Zaguí, Zaguinet, o Zanón.
Apellidos especiales, pues, que hoy, en su mayoría, nos suenan extraños, pero que resonaron durante siglos en nuestras viejas calles y en nuestras eternas montañas.Apellidos que bien merecen nuestro recuerdo y consideración.
JCM
Centro de Estudios Chivanos (CECH)