En esta sección vamos viendo diferentes personajes ilustres que nacieron en nuestro pueblo. Algunos de ellos, pese a su relevancia, han quedado en el olvido, como es el caso del actor José Latorre, del escritor Jesús Navarro o del propio Fray Jaime de Chiva, confesor de reyes y arzobispo de Siracusa.
En esta ocasión, vamos a hablar de otro religioso, como el franciscano aludido, que nació aquí, aunque aquí, nadie lo sepa y es que jamás se ha escrito nada de él por parte de los eruditos locales. Ahora y gracias a las investigaciones del Centro de Estudios Chivanos (CECH), podemos conocer y divulgar algunos apuntes de su interesante biografía. Nos referimos a un personaje de la poderosa dinastía de los Moncada: Guillén Ramón de Moncada y Vilaragut. Un noble menos conocido (por ser hijo segundón) que otros de su ilustre linaje (que llegaron a ser Grandes de España y a ocupar los principales puestos en la Corte), pero que también alcanzó gran escalafón en su carrera eclesiástica dentro de la Corona de Aragón, llegando a ser un dignatario muy influyente.
Hijo de Juan Florimón de Moncada, señor de Chiva y Castellnou (hijo, a su vez, de Oto de Moncada y Maza de Lizana, VII Señor de Aytona y de Constanza Díaz, Señora de Vielza) y la Marquesa de Vilaragut, Guillén Ramón, nació en Chiva en 1440, villa de la Corona de Aragón. Parece que fue el tercero de cinco hermanos, siendo el primogénito y heredero Pedro Ramón, X Señor de Aytona. La segunda fue Beatriz de Cardona, la cuarta: Juana y el benjamín Jofre de Borja i Llanzol de Romaní, Señor de la Baronía de Villalonga. De todos ellos, igual que del padre, no conocemos el lugar de nacimiento, que también pudo ser nuestra localidad, como en el caso de nuestro protagonista.
Como sabemos en las familias nobiliarias era el primogénito el heredero y tenía el derecho y la obligación de contraer matrimonio, un vínculo que era decidido por los padres y parientes mayores, mientras que los hermanos menores varones, secundones, debían decidir entre una carrera religiosa, militar, o simplemente colaborar con el hermano mayor. Parece que Guillén escogió la primera de las opciones, llegando a ser un destacado presbítero y hombre de estado aragonés. Así, le tenemos ejerciendo como diputado del brazo eclesiástico de la Generalidad de Cataluña en 1472. Hay que recordar que las Cortes Catalanas o Cortes Generales de Cataluña fueron el órgano normativo del Principado desde el siglo XIII hasta el XVIII y que estaban compuestas por los llamados tres brazos: el eclesiástico, el militar o noble y el real o de las villas. El rey convocaba y abría las Cortes con una proposición real mientras que los brazos eran los encargados de legislar, siempre con el concurso del soberano. Si las leyes que se aprobaban eran las del rey recibían el nombre de «Constituciones»; si se aprobaban las de los brazos, «Capítulos de Cortes». Si el rey aprobaba una ley de forma unilateral recibía el nombre de «Actos de Cortes» y era necesaria la ratificación por parte de las cortes.
Las Cortes Generales de la Corona de Aragón celebraban conjunta y simultáneamente las Cortes del Reino de Aragón, del de Valencia y del Principado de Cataluña, porque el Reino de Mallorca no convocaba Cortes y enviaba a sus representantes a las del Principado. A diferencia de las de Castilla, de la época, que funcionaban únicamente como órgano consultivo al que el rey concedía privilegios y fueros, las Cortes catalanas eran un órgano normativo, ya que sus acuerdos tenían fuerza de ley, en el sentido de contrato que el rey no podía revocar.
Pero volviendo a Guillén Ramón, hay que reseñar que entre 1473 (30 de octubre) y 1493 (27 de marzo) ejercerá como obispo de Vic que en 1488 será nombrado presidente de la Santa Hermandad; precisamente el mismo año en que Fernando II decide ponerla en funcionamiento en Aragón. Esta decisión se debe al éxito en materia de seguridad que esta institución había cosechado en Castilla, pero su implantación acarreará gran oposición entre diversos estamentos de la Corona aragonesa, sobre todo por parte de la nobleza, que pensaba que las prerrogativas dadas por el «Católico» les restaba poder en sus señoríos.
Ya en 1493 pasa a ser obispo de Mallorca y Menorca, sucediendo a Juan Bautista de Salelles o, según otras fuentes: Giovanni Battista Savelli, hasta 1496 (16 de marzo) que le sustituirá Antonio de Rojas Manrique. Su predecesor en Vic había sido Cosme de Montserrat y su sucesor Joan de Peralta; mientras que, en su próximo y último destino, Tarazona, relevará en el cargo a Andrés Martínez Ferriz, y a su muerte, el 16 de julio de 1521, ocupará el cargo de obispo de la diócesis Gabriel Ortí. Nuestro protagonista, testigo privilegiado de los hechos históricos más «gloriosos» de nuestro país, como la unión entre Aragón y Castilla o el descubrimiento de América, fallecerá en otro año clave, cuando estalla en nuestras tierras la revuelta burguesa de las Germanías.
Desde el CECH, pues, estamos encantados de poderles desvelar algunos episodios de la vida de este distinguido paisano, uno de los muchos bautizados como «Guillermo Ramón», en el seno de esta célebre familia nobiliaria. De hecho, tenemos registrados varios «Moncadas» ilustres desde el siglo XIII, con este nombre, como Guillén o Guillem Ramón (?-1228), uno de los nietos de Ramón I, barón de Aytona, Gran Senescal de Cataluña, uno de los Nueve Barones de la Fama y uno de los personajes más influyentes de la corte del conde de Barcelona; o los vizcondes de Bearne, padre (1173-1224) e hijo (?-1229); o el que llegó a ser Gran Giustiziere de Sicilia con el rey Martín el Joven (?-1398); o el conde de Caltanissetta (1402-1465). También podríamos citar a parientes nacidos después del de Chiva, como el propio Guillén Ramón de Moncada y Castro (1619-1670), IV marqués de Aytona, virrey de Galicia y de Cataluña; o Guillén Ramón de Moncada y Portocarrero (1671-1727), VI marqués de Aytona, general del ejército y nieto del anterior.
En fin, nos quedamos, de entre todos ellos, con aquel Moncada del tenemos constancia cierta que nació aquí, seguro que en su Casa-palacio, el tercero de los hijos del Señor de Chiva y que fue testigo privilegiado del nacimiento de la Edad Moderna, el tercero de los periodos de la Historia Universal.
JCM
Fecha de publicación: 11/08/2021