En diciembre de 2019 se pusieron en contacto con nosotros para visitar la iglesia de Chiva, varios vecinos de Vilamarxant interesados por descubrir elementos arquitectónicos labrados con las singulares piedras de la Pedrera del Rey.
Esta visita la documentaron en un artículo de 13 de diciembre del blog que este grupo de investigadores creó para recopilar y difundir sus hallazgos, con el fin de «preservar el legado cultural» de esta localidad del Camp de Túria y «trasladarla a las siguientes generaciones».
Esta cantera, actualmente en desuso, que producía un mármol negro con un veteado rojo anaranjado muy característico. Es tan antigua que da nombre a la partida en la que se ubica y gracias a ella se han desarrollado muchos proyectos constructivos de gran relevancia arquitectónica, sobre todo a nivel religioso. De hecho, podemos encontrar este material en casi todos los templos de la Ciudad de Valencia, algunos tan tan emblemáticos como el Camarín de la Mare de Deu del Desamparats. También podemos citar: La Fuente de las Cuatro Estaciones de la Alameda, los Jardines del Real, la Iglesia del Temple, la Fuente del Tritón, la Estatua de Alfonso el Magnánimo, la Iglesia de San Vicente Ferrer en Capitanía, la capilla del Colegio del Corpus Christi, la Fuente de los Patos en la plaza de San Vicente Ferrer, la Iglesia de San Esteve, la Catedral, la Caja de Ahorros Monte de Piedad o la Lonja.
El origen del nombre de este yacimiento, tal y como relatan los autores del blog citado (vilamarxantpedreradelrei.blogspot.com), es un tanto incierto. Existe una leyenda que se fundamenta en que el Rey Fernando IV, quiso qué para la construcción del nuevo Palacio Real, se utilizase un jaspe sanguíneo como el que hay en las columnas del tabernáculo del Real Monasterio de El Escorial, quería utilizar un mármol oscuro del que se desconocía la procedencia, por tanto promulgo un edicto mediante el cual, no se podía explotar ninguna cantera que no hiciese llegar una muestra a la corte. Al extraer las muestras se marcaban como M R, indicando que eran mármoles del Rey. Este dictaminó en septiembre de 1748, que las canteras que se hubieran descubierto, pasaban a ser propiedad de la Fábrica del Real Palacio, de ahí el nombre de la Pedrera.
En Chiva, los especialistas identificaron la pila de agua bendecida, con ese característico color y el inconfundible veteado, nada más entrar al templo. Está ubicada a los pies del templo, próxima a la otra gran taza bautismal del baptisterio, más monumental y protegida por una reja, que es, también del mismo mármol. Precisamente esta situada bajo el gran óleo de José Vergara: La Predicación del Bautista, en una zona simbólica de la iglesia, en el muro sur y en la entrada, porque el bautismo se considera el primero de los sacramentos, la puerta que permite el acceso del neófito a la comunidad cristiana.
Igualmente, localizaron otra obra esculpida con el mármol de Vilamarxant: el lavamanos de la sacristía. Una pieza en la que según informó el párroco de nuestro templo, Javier Costa, se observa un cambio de tonalidad debido a una restauración; aunque esta se realizó de forma correcta.
Así pues, como se resalta en el blog mencionado, la iglesia de Chiva pertenece a esa atractiva red de significativas obras de la Comunidad en las que la piedra de la localidad vecina adquiere un especial protagonismo. Destacamos, de esta forma, otra pequeña singularidad que, como otras más prominentes, hacen de nuestro templo, una de los monumentos religiosos más importantes de nuestra región, de visita ineludible para cualquier aficionado o estudioso del arte valenciano.
JCM
Fecha de publicación: 29/07/2022