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¿Sabías que existe una medalla dedicada a Berenguer de Entenza?

    

Desde el Renacimiento el difícil arte de la medallística ha servido para inmortalizar los más relevantes acontecimientos y personajes históricos. Precisamente, uno de estos personajes homenajeados en una magnífica medalla en plata realizada por el prestigioso escultor Fernando Jesús (para Acuñaciones Españolas S.A., en los años setenta del pasado siglo), es otro de los Entenza relacionados con nuestra Villa: Berenguer de Entenza y Moncada, del cual solo conocemos, con certeza, la fecha de su defunción, 1306. 

   

Este noble, hijo del que fue Señor de Chiva (del mismo nombre) y de Galbors de Moncada, fue, como reseña García de Cortazar:  uno de los tres grandes caudillos del reino de Aragón en Sicilia y el Mediterráneo Oriental, junto con Roger de Lauria y Roger de Flor. El mismo especialista añade sobre su figura: “Caudillo nato, hombre de guerra genial, al cual seguían unas tropas valientes, incansables y duras, con especial fervor”.

En su juventud Berenguer, tomó parte, en las luchas con otras casas nobiliarias o con los templarios, en defensa del patrimonio familiar. La boda de su hermana Saurina con Roger de Lauria, almirante de Jaime II, en 1291, le permitió conseguir una buena situación en el reino de Sicilia. Sin embargo, los destinos se separaron cuando, en 1295, nuestro noble se une al hermano de Federico III en lucha contra Carlos de Anjou, aliado de Jaime II, tras el tratado de Anagni

Federico III nombró a Berenguer gobernador de Otranto (1297), en Apulia, desde donde realizó incursiones contra las tierras cercanas ocupadas por los Anjou y también expediciones marítimas contra las vecinas tierras griegas. En estas lides, cayó prisionero de Carlos de Anjou pero fue liberado a ruegos de Jaime II y volvió a sus tierras de Cataluña, después de prometer no atacar al rey Carlos ni a sus súbditos en los diez años siguientes (1299). En 1301, huyó nuevamente a Sicilia, desafiando los mandatos de Jaime II y de sus oficiales, que intentaron en vano retenerle. En esa época, conoció a Roger de Flor y se hicieron grandes amigos hasta tal punto que firmaron un pacto de hermandad por el que se instituían heredero el uno del otro.

Roger partirá con la Compañía  Catalana de Oriente hacia Constantinopla y Berenguer se unirá a ésta en la segunda mitad de  1304 ( un año antes, se había reconciliado con el rey Jaime II, después de la Paz de Caltabellotta), cuando ya había expulsado a los turcos de Anatolia. A su llegada, narrada por otro ilustrísimo Señor de Chiva: Francisco de Moncada, en su libro Expedición de los catalanes y Aragoneses contra Turcos y Griegos, Roger de Flor le otorgará el título de megaduque, reclamando para sí el de César del Imperio bizantino.

Pero, como señala Atienza Peñarrocha, las envidias en la Corte de Constantinopla o Bizancio llevaron a algunos nobles, conspirando con miembros de la familia real, a asesinar en un banquete a Roger de Flor y a varios de los principales capitanes. Ante esta traición, Berenger tomó el mando de la Compañía de almogávares y decidió castigar a los asesinos: “Como primera venganza, Gallípoli fue asaltada, y sus habitantes pasados a cuchillo. Berenger, tras enviar unos mensajeros al emperador Andrónico, para manifestarle el rompimiento de la alianza, al mando de varias galeras, saqueó las costas de Macedonia y Tracia. El furor de los bizantinos, hizo que estos heraldos de Berenguer fueran asesinados, lo cual aún enardeció más a los almogávares. Al mando del Entença, asaltaron Heraclea, amenazando la propia Bizancio. Berenguer, por su parte, tomó cinco galeras y siguió sus rapiñas, cuando fue interceptado por una flota de dieciocho galeras genovesas. Los genoveses, enemigos de la Corona de Aragón, apresaron a Berenguer al atraerle a una conferencia a bordo de una de las galeras genovesas. Fue conducido a Génova. Furante su ausencia tomó el mando Berenguer de Rocafort. Berenguer de Entença, mientras tanto, fue liberado por la intercesión del Rey de Aragón, y con 500 almogávares, se encaminó de nuevo hacia Tracia, donde había quedado su ejército. Al llegar Berenguer, el de Rocafort no quiso ceder el mando, y así estalló el conflicto entre ambos capitanes. La Compañía de los almogávares se dividió: unos reconocían como jefe a Entença, y los otros a Rocafort. En una escaramuza entre ambos ejércitos, Berenguer halló la muerte que le provocaron dos lanzados, dados por quienes él se resistía a ver como enemigos, en 1307.

Sin embargo, María Teresa Ferrer Mallol, narra la vuelta de Berneguer a Gallípoli, a finales del verano de 1306, de otra forma: “Una vez allí Berenguer de Rocafort, que había dirigido la Compañía durante su ausencia, no reconoció su jefatura suprema. La compañía reconoció de momento tres jefes, los dos citados y Ferran Eiximenis de Arenós, aunque Rocafort se dedicó a ir captando gente para su causa. En mayo de 1307, llegó a Gallípoli el infante Fernando de Mallorca, con una flota de cuatro galeras procedente de Sicilia con el propósito, acordado con Federico III de Sicilia, de asumir la jefatura de la compañía. Pero Rocafort malogró esa solución porque exigía al infante romper su pacto con Federico III de Sicilia. El infante, antes de retirarse, aceptó liderar la compañía en su traslado a Macedonia, puesto que los recursos de Tracia se habían agotado. Dadas las divisiones internas en la compañía, dispuso que las tropas de Rocafort marchasen primero y que, a un día de distancia, las siguiesen las de Berenguer d’Entença y las de Arenós, pero un retraso de los primeros provocó que se encontraran con los que les seguían y que aquéllos creyeran que querían atacarles; en la confusión se produjo una lucha entre estos dos grupos en la que murió Berenguer, cuando intentaba detener la lucha, atacado a traición por dos parientes de Rocafort. Recibió sepultura en la iglesia de San Nicolás, cerca del río Nestos y de la ciudad de Xanthi.

Pero volviendo a la medalla conmemorativa y para concluir, hay que reseñar que figuró dentro de la serie Capitanes Españoles y qué, si bien en el anverso figura la efigie del Entenza, en su reverso aparecen sus guerreros, a los cuales se les engloba en la frase de Expedición de los catalanes a Oriente, con las fechas de la campaña: 1304-1307; si bien estas tropas de almogávares al servicio de la Corona de Aragón, también estaban formados por valencianos y aragoneses. Por cierto, la calidad artística de este reverso es impresionante, plasmando de forma elegante un grupo de soldados y marineros de la famosa expedición que ha pasado a los anales de nuestra historia.

JCM

Centro de Estudios Chivanos (CECH)

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