Hace unas semanas hablábamos del hecho histórico y sin precedentes en nuestra región, de unirnos veintidós asociaciones (ahora ya somos treinta), en defensa por nuestro patrimonio natural, y cultural, contra el macroparque fotovoltaico de cuatro millones de metros, que se pretende instalar en nuestro pueblo, en la zona de Brihuela, a escasos sesenta metros del Paraje Natural Municipal más extenso de nuestra región.
Una respuesta histórica, frente a una agresión histórica e irreversible, la mayor amenaza que jamás ha sufrido nuestro entorno a nivel medioambiental y social.
Un hecho que ha propiciado que el pasado lunes, veintidós de marzo se enviaran al Ministerio de Transición ecológica y el Reto
Demográfico, más de un millar de alegaciones particulares, al citado proyecto, muy bien argumentadas técnica y jurídicamente.
Pero además, este hito histórico parece que está siendo seguido por otros pueblos del territorio nacional que, también, están viendo amenazado su entorno por un modelo energético muy cuestionado por su falta de planificación y poco respeto a la naturaleza. Un sistema que permite la caza de subvenciones europeas y el enriquecimiento de grandes corporaciones y fondos de inversión sin ninguna consideración por ecosistemas únicos y que, además no son los que generan más beneficios económicos a la comunidad.
Así, el pasado mes de febrero. ochenta colectivos (ahora ciento veinte, entre los que se encuentra la Plataforma para el Estudio y la Conservación de la Sierra de Chiva), de toda España, se unieron en otra plataforma sin precedentes: ALIENTE; para abordar este problema a nivel nacional.
Esta organización, ampliamente respaldada por la comunidad científica, critica el modelo de transición energética de combustibles a renovables porque no respeta la biodiversidad y el entorno; porque es meramente tecnológica, en apariencia «verde», aunque carente de atención hacia el soporte sobre el que se instala dicha tecnología: el territorio. Pero a la vez propone alternativas que se resumen en trece medidas (https://aliente.org), en pro de una mayor sostenibilidad, de un menor impacto ambiental; pero que, a la vez, también generaran otras ventajas, como el mayor ahorro energético o la mayor generación de puestos de trabajo, entre otras.
Porque el modelo energético centralizado que se plantea satura los territorios con proyectos de renovables a gran escala y líneas de alta tensión, resultando devastador para el paisaje y la biodiversidad, al tiempo que genera en la sociedad un ideal de consumo ilimitado, mientras niega alternativas menos dañinas y menos consumistas, como las «Comunidades energéticas», que, además, suponen una alianza ciudadana, participativa, transparente y democrática.
Por eso debemos reclamar a los Gobiernos central y autonómicos que detengan unos meses este modelo y repiensen y pongan en marcha estas medidas, que además, se adaptan más y pueden alcanzar objetivos más acordes con los que marca la Unión Europea, para garantizar el desarrollo de un modelo energético distribuido y justo. Hacia ahí, tenemos que dirigir nuestra lucha; Chiva, debe ser, de nuevo, un bastión de libertad, justicia y progreso.
Centro de Estudios Chivanos (CECH)
Fecha de publicación: 03/04/2021