En un pergamino, de 5 de diciembre de 1241, que localizamos en el Archivo General de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli (ADM), del cual guardamos copia digitalizada en el Archivo Municipal, se refleja la donación hecha por el Obispo y Cabildo de Valencia de la tercera parte de los frutos del diezmo que había de percibir en Chiva o en otros lugares que le pertenecían en otro obispado, a Berenguer de Entenza.
También encontramos este documento en el Archivo de la Catedral de Valencia, junto con otro vinculado a éste, de día 13 del mismo mes, en el que «el Obispo Ferrer y Cabildo infeudan a Don Berenguer de Entenza y a los suyos el tercio diezmo en el castillo de Chiva y su término y en los demás lugares del mismo».
Por una parte, hay que reseñar que el diezmo se remonta a tiempos bíblicos y consistía en un tributo del 10% que se debía pagar a un rey, a un gobernante o a un líder religioso. Quienes debían realizar el pago entregaban la décima parte de sus ganancias o ingresos al acreedor. Pero, en concreto, el tercio del diezmo en el medievo y en la Corona de Aragón, fue un impuesto que se reservó la corona de los frutos de los terrenos de cuya posesión despojaban a los musulmanes.
El Sr. Giraldo, en la sesión del Congreso de día 25 de marzo de 1821, explicó esta cuestión, resumidamente, en pleno debate sobre los señoríos y los tributos en diferentes propiedades rurales de Valencia: «las bulas de los pontífices Gregorio VII y Urbano II, concedieron a los reyes de Aragón los diezmos y primicias de las tierras que conquistasen a los moros». Y continúa: «Con esos y otros robustos títulos poseyó en propiedad el rey don Jaime, conquistador del reino de Valencia, sus diezmos y primicias, hasta que con piedad extraordinaria hizo donación de los diezmos y primicias de la diócesis de Valencia a su obispo y cabildo; quienes, seguidamente dieron al rey la tercera parte, que llamamos tercio diezmo, en recompensa de los grandes gastos que había hecho en la conquista, y de los que restaban para terminarla y conservar lo conquistado».
Pero parece que el cabildo (por iniciativa propia o instados por el monarca), también premió a otros nobles, como Berenguer, que habían colaborado con el rey en esa conquista y que se establecieron en nuestro territorio. De hecho, en este sentido, en el mismo archivo catedralicio vemos otros pergaminos, también de 1241, en este sentido. Por ejemplo en uno de esos documentos obispo y Cabildo otorgan a Pedro de Montagut el feudo del tercio diezmo de Alfarp y Carlet, reteniéndose las otras dos partes (7 de febrero). En otro, a Lope de Esparga le conceden el feudo del tercio diezmo de Benizamén, en la huerta de Valencia, con retención de las otras dos partes (11 de marzo). También se refleja en otros legajos como Jaime de Aragón concede diferentes privilegios y donaciones al Cabildo para la dotación de la Catedral y a diferentes parroquias.
Por cierto, en relación a la familia Entenza, en el mismo archivo y en el mismo año, también aparecen otros pergaminos como el que testimonia la donación de Guillermo de Entenza a Alamanda, su mujer, hija de Ferrer de Sanmartí, por su esponsalicio, de Castellnou y su villa de Rafales y otros castillos; o en el que Ferrer de Sanmartí concede a su hija Alamanda, en ajuar o dote por su casamiento con Guillermo de Entenza, todo su derecho en los castillos de Falget, Mora, Teviza, Marzá y otros. Otro sería el que recoge la cesión de Huguet, hijo de Ferrer de Sanmartí, a su hermana Alamanda y a su marido Guillermo de Entenza de sus derechos en la herencia de su padre y de su abuela Alamanda en los castillos de Mora, Marzá, Falget y Tiviza (todos de 3 de febrero).
Seguimos indagando, pues, y buscando desde el CECH, legajos que nos ayuden a reconstruir fielmente nuestra dilatada e interesantísima historia. Por otra parte, aprovechamos para publicar el boceto que el gran escultor Vicente Perelló La Cruz realizó, hace años, para la escultura de Berenguer de Entenza.
JCM
Fecha de publicación: 17/02/2021