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¿Sabías que la relevante familia Lassala ha tenido, históricamente, una relación estrecha con nuestra villa? (I)

  Encontramos en el Archivo del Reino de Valencia (ARV) el testamento de Francisco Xavier Lassala y Beltrán, de 1838, y nos llama la atención alguna de sus últimas voluntades, en las que se menciona nuestro pueblo. Así, en este documento, obliga a sus herederos a celebrar, anualmente, el día uno o el ocho de septiembre, durante todas sus vidas, una misa cantada y responso por su alma, en el convento franciscano de San Luis Obispo de la Villa de Chiva, y dejar una limosna de treinta reales vellón, cada uno.

Así mismo, pide que en su funeral sea vestido con hábitos de San Francisco de Asís, tal y como era habitual en esa época, entre los vecinos de nuestro pueblo. Por otra parte, también establece que aquel que heredase su casa de la calle de los Sastres, tendrá que dejar que la disfruten los demás quince días al año «para tomar aguas puras, juntos o separados».

Queda patente, la presencia tradicional de familias distinguidas de Valencia, como los Lassala, en nuestra villa, sobre todo en periodo vacacional. Además, esta conspicua dinastía, perteneciente a la alta burguesía mercantil regional, tenía otras posesiones e intereses en nuestro término.

Esta saga, era originaria del Bearne francés, desde donde llegó a Valencia en 1710. Será Bernardo Lassala Vergés quién, siendo un adolescente, arribe a la capital del Turia, junto con su tío Pedro Bergés, comerciante sedero. Así, tras trabajar unos años junto a su tío se irá convirtiendo en un importante hombre de negocios y adquiriendo una notable relevancia social a lo largo de siglo, ejerciendo cargos oficiales relacionados con la administración de hacienda y los consulados de comerciantes. De esta forma, Fernando VI le concedió el privilegio de hidalguía en 1751; también en Préchac, su región natal, tendrá reconocimiento de nobleza.

Hay que reseñar que, en Valencia había adquirido el palacio del marqués de Castelnovo en 1749, en la conocida plaza del Negrito y antes, en 1736, había contraído matrimonio con la segorbina Inés Sangermán, también de origen francés, con la cual tendrá cinco hijos: Bernardo, Manuel, Joaquín, Josefa y Francisca. Podemos destacar, entre ellos, a Manuel que será un eminente jesuita y prolífico autor y traductor que se convirtió en una de las principales figuras de la literatura valenciana del Siglo XVIII.

Bernardo, el primogénito, se casará con Dionisia Beltrán y Bonet y un hijo de este matrimonio, Luis Lassala Beltrán, va a ser un peculiar canónigo de la catedral de Valencia. Además, junto a su hermano Bernardo va a tener un papel destacado en la administración de la ciudad, después de la invasión napoleónica; también en entidades influyentes como la Sociedad Valenciana de Amigos del País, donde Bernardo va a emprender iniciativas para favorecer la agricultura y el comercio; o en la Universidad, de la cual Luis va a llegar a ser rector. Otro de esos hermanos, será el mencionado Francisco Javier.

Los Lassala irán adquiriendo propiedades agrícolas o poniendo en marcha industrias como una fábrica de aguardiente en Alfara del Patriarca, a finales de siglo. Una de sus iniciativas será la constitución de una sociedad naviera que no tuvo mucho recorrido, con los comerciantes Canet, Vergés y Carrá, para la exportación a América de géneros como seda, cerámica y aguardiente. Unas manufacturas, por cierto, habituales en nuestra producción local, en esa época.

Pero quién dará mayor impulso a sus negocios será Vicente Lassala y Santiago Palomares nació en Valencia en 1817, como vemos en la biografía que escribe Rafael Janini. Hijo de Bernardo, representa la cuarta generación de esta emprendedora familia. Pero, aunque destacó como gran propietario agrícola, su primer destino, será el Ejército, inicándo su formación, en 1834, en la Academia de Ingenieros de Guadalajara, graduándose en 1837. Tomó parte en la Primera Guerra Carlista, obteniendo como reconocimiento a sus actuaciones, en 1839, en Navarra (sitio de Belascoain) y Cataluña (batalla de Peracamps), dos cruces de San Fernando de 1ª Clase. Alcanzará la graduación de Comandante de Ingenieros y la de Teniente coronel, pero se retirará a los treinta años debido, al parecer, a que enfermó poco después de contraer matrimonio; entonces volverá a Valencia y se dedicará enteramente a la agricultura y las industrias derivadas.

En 1852, comprará al duque de Medinaceli la Masía de la Mar (Aldamar), en término de Chiva, con tierras, también, en Ribarroja, Una edificación que data del siglo XVII, siendo primero fonda en el camino entre Madrid y Valencia y luego finca de secano con bodegas y molino de aceite. Una propiedad que será vendida en 1930 a una compañía belga que creará la conocida REVA (Regadios y Energia de Valencia); y que será recuperada, en parte, por la propia familia Lassala, recientemente, dedicando la espectacular alquería, a uso hostelero, como en su fundación.

En el próximo artículo seguiremos hablando de esta propiedad y de Vicente, el gran promotor de la agricultura valenciana, como veremos; también de su hijo que llegó a presentarse como Diputado por el Distrito de Chiva. No se lo pierdan.

JCM

Fecha de publicación: 23/11/2021

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